5.10.11

Somewhere



¿Sabeís eso de que no sabes o conoces algo pero el día que lo aprendes empieza a aparecer por todas partes y a todas horas? Yo supongo que es porque una vez que lo sabes te fijas en ello más que si no lo supieras, que lo pasas por alto sin darle mayor importancia. Es uno de esos momentos en los que uno se siente «sabio» y se sonríe a sí mismo pensando que el día va a ir bien. Algo parecido es lo que me ocurrió con el grupo Phoenix, gran redescubrimiento de mi gran amigo Boris (puesto que la portada de su Wolfgang Amadeus Phoenix la había visto millones de veces en el ipod de mi primejo pero nunca me había parado a preguntar qué era aquello). Cuando uno ha interiorizado algo, ha hecho de ello un elemento de su amplio (o no tanto, eso ya depende de cada uno) imaginario mental, es inevitable que en un periodo de tiempo relativamente corto vuelva a aparecer de repente, por sorpresa y así, ya de paso, hacer que te lleves una grata alegría.

Yo no conocía a Phoenix y una vez les conocí me fui a enterar (ya dentro de la sala) de que la muchacha directora de este filme está casada con el cantante. ¡Casualidades de la vida! Claro está, no es de extrañar que la banda sonora estuviera adjudicada a Thomas Mars, su francesito marido, cosa de la que no tengo queja alguna. Por otro lado tenemos el hecho de que hasta que no vi Super 8 no era consciente de que Dakota tuviese una hermanita también sumergida en este firmamento del cinema, como diría aquí la amiga Lina Lamon, y, como no podía ser de otra manera, resultó ser asimismo la protagonista de Somewhere. Aún no tengo claro con cuál de las dos me quedo pero creo que Elle tiene una cara más dulce y quizá menos repipi que su hermana a su edad (porque en lo que se ha convertido con la edad es un universo paralelo). Y, como información adicional, aunque nada tenga que ver con epifanías fantabulísticas, estuve pensando durante toda la película que Stephen Dorff se parecía muchísimo a Bruce Willis en sus mozos años.

En cuanto al trabajo de esta italoamericana de apellido de renombre, únicamente he visto dos de sus películas y ambas me han gustado considerablemente, no obstante me parece mejor película esta que Marie Antoinette, cuya banda sonora es casi más genial que la de esta (y así se compensa la cosa y soy equitativa e igualitaria). Otra cosa que me asombra es que las opiniones y críticas de las películas no suelen coincidir con mis opiniones personales en muchos de los casos. Por ejemplo, tanto Las vírgenes suicidas como Lost in Translation (pendientes quedan las dos de echarles un ojo) tienen mejor crítica o recepción o como se llame que las dos de las que yo he disfrutado, claro que estas no he tenido la ocasión de verlas aún. Así como casi siempre que escucho un disco puedo adivinar cuál será el siguiente single y acertar en la mayoría de los casos, con las películas la cosa se vuelve algo peliaguda (nunca mejor dicho). También es cierto que puede que yo sea un tanto benévola y mi listón no esté por las nubes o mire las cosas de manera más simple, es decir, si me divierte o no y ya dentro de eso me pongo a pensar más sesudamente sobre el tema, no como hacía Platón, con eso de hacer críticas moralizantes de las cosas. No soy de esas personas que les sacan todo el jugo y el partido a los filmes, lo que no quiere decir que no tenga mis argumentos a favor o en contra de los susodichos.

Esta película me gustó. ¿Por qué? Me pareció una historia triste pero muy tierna a un mismo tiempo. Me emocionó y consiguió tocarme la patata (aunque aquí siempre creo que hace mucho el empatizar o no con las historias que las películas cuentan), me gustó la sutileza con la que Coppola contaba lo que quería y mostraba lo necesario en unos simples 90 minutos, sin necesidad de grandes desplegues técnicos ni artificios accesorios. La vida de dos personas, su relación y cómo esta iba desarrollando y como el personaje de Dorff iba ilumninándose, creciéndose, recobrando la alegría gracias a la mera compañía de su hija. Es una historia de soledad pero también muestra lo que tanto el amor como el dinero pueden llegar a conseguir o a destruir. Una apuesta nada pretenciosa sino más bien delicada sobre la existencia humana.

Obviamente, no puedo más que regalarle un y felicitar a su creadora por una película amable del verbo amar. Aprovecho también para recomendarla por si este finde alguien estaba pensando en ir al cine y no sabía muy bien qué ver; es una película diferente y especial, como poco. Eso sí, advierto: no juzguéis el fimle por el primer minuto y medio...


Ps. Olvidóseme escribir sobre la fabulosa L'affaire Farawell (♥) y preferiría olvidar que alguna vez vi ese gran bodrio llamado Bridesmaids ().

2 comentarios:

  1. Si bridesmaids es la que en España se llama la da de mi mejor amiga, me gustaron algunas cosas. Yo a lo mejor le ponía 3 y medio o 3.

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  2. Sí, la han llamado así. A mí me gusto la historia de la prota y el poli, de la pastelería y eso pero el resto me parecía que sobraba muchísimo, sobre todo el incidente en la tienda de vestidos de novia y el vídeo casero que aparece al final de la película... Además, ese tipo de humor escatológico no me hace ni pizca de gracia. Lo mejor de la película es cuando ella intenta que el policía monino la ayude a buscar a la novia y se pone a hacer moñadas en el coche. La actriz es bastante graciosa pero el de Little Britain con la hermana es muy turbio, la de las chichas Gilmore, salvo el discursito que le da cuando va a casa de la madre, no es un papel que me entusiasme y bueno, en general, me pareció un poco parida de película y no me reí tanto como debería haberme reído teniendo en cuenta que se suponía que se trataba de una comedia «graciosa». ¡Un besico y gracias por comentar! :D

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