7.5.12

Black Mirror



Creo que fue hace algo más de un mes y medio cuando mi querido amigo Boris (cuyo blog de poesía no tiene ni desperdicio ni parangón) me recomendó, asín de repente (como muchas veces hace), que viese una serie llamada Black Mirror. Me suelo fiar de la BBC y creo que el chaval tiene bastante criterio así que todo apuntaba a una buena dosis de serie británica. Sin embargo, como suele pasar, las cosas se van dejando; el tiempo pasa y, como ya me ocurriese con su primer intento de mostrarme el mundo con Predicador, costó arrancarse. Al segundo o tercer toque de atención, decidí ponerme manos a la obra. Sé que mi política sobre las reseñas es no dar demasiados detalles sobre el contenido de las diferentes manifestaciones artísticas que pasan por mis manos para no aguar la fiesta a nadie pero pienso que este caso se merece ser una de las excepciones que confirman la regla (sin pasarse tampoco).

Son tres capítulos, independientes unos de otros y todos tienen como trasfondo un futuro peligrosamente próximo y bastante plausible. El primer capítulo, 'The National Anthem', en el que se ven envueltos el Primer Ministro, la princesa más querida de la casa real británica, un artista algo excéntrico (por decir algo) y un cerdo (cerdo de animal, de estos de Jabugo), es una crítica voraz a los tiempos en los que vivimos, donde las redes sociales y las nuevas tecnologías han tomado el poder y donde parecemos vivir dentro de un reality show en el que somos marionetas manejadas por los designios de una sociedad cada vez más necesitada de morbo, escándalo y depravación. La masa manda (y no hablamos de Hulk precisamente) y esta era cibernética consigue que todo se propague como la pólvora hasta que un día, a más no tardar, explotaremos (y los deseos de Adam Young se verán cumplidos). El segundo capítulo, '15 Million Merits' (el más flojo de los tres por unanimidad aunque tenga como protas a Jessica Brown Findlay [Sybil para los entendidos] y a Daniel Kaluuya) representa una sociedad que recuerda a la planteada en Wall-E; que lleguemos a vivir a través de unos moñigotes de la Wii no es una idea tan descabellada como algunos podrían pensar y que nuestra existencia se vea reducida a una bicicleta estática y que nuestra mayor aspiración sea participar en un programa de esos de talentos de la tele tampoco o... ¿es que no os suena todo esto? El tercer capítulo, 'The Entire History of You' es, simplemente, una obra maestra. Teniendo en cuenta que la idea que explora es algo que me ha fascinado profundamente desde siempre, no es de extrañar que afirme sin dudar ni un momento que la serie merece la pena sólo por este capítulo. Imaginaos tener a vuestra disposición un aparatejo implantado detrás de la oreja que sirve para grabar todo aquello que vemos; las imágenes se guardan y pueden descargarse en la televisión, como si de un torrente más se tratase. Los peligros y consecuencias que esto entraña son aterradores y gracias a la actuación de Toby Kebbell (Johnny Quid en Rocknrolla), que está que se sale, hemos ido a dar con una maravilla televisiva como no había visto desde la finale de la segunda tempo Sherlock.

Debo decir que es una serie a la que las reseñas, por muy buenas que sean (que no es el caso), no le hacen justicia en absoluto. Hay que verla para saber cuál es el sentimiento del que hablo, ese desaliento, ese desasosiego, ese espanto al vislumbrar en qué seres atroces estamos camino de convertirnos (o en los que ya nos hemos convertido) y el pavor que suscita el saber que no hay marcha atrás y que, probablemente, acaberemos siendo como los «humanos» de Wall-E, seres orondos pegados a un televisor y con una máquina expendedora anclada a la espalda que desaprenderemos a andar y a pensar; seremos el fruto de todos estos delirios de grandeza que parecen poblar nuestro planeta hoy en día. No quiero ponerme apocalíptica (que para eso ya tengo Good Omens) pero sí que quiero hacer saber que pienso sinceramente que estas críticas, camufladas o no tanto, son necesarias y que aunque pensemos que quizá ya sólo nos quede la resignación no será cierto mientras sigamos siendo capaces de ver lo que pasa a nuestro al rededor; mientras sigamos siendo capaces de pensar, aún habrá esperanza (como aquella que fue Obi-Wan hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana).

5.5.12

Ed Sheeran


Creo que es cosa de hermanos mayores eso de ir de sabiondos por la vida; supongo que es una mala manera de desquitarse con alguien al que puedes «mangonear» sin que haya demasiadas represalias. Aquí y ahora quiero pedir disculpas porque a lo largo de los años me he ido dando cuenta del tonito ese que se nos pone cada vez que los hermanos pequeños hacen cualquier cosa (¡aunque no sean malas!) y sí pienso que es algo inherente al instinto protector pero quizá sobreactuemos demasiado y no sea necesario echar tanta bronca y pegar tanto grito, ¿no? Si bien es cierto que vosotros habéis de saber que todo lo que hacemos es por vuestro bien (aunque suene típico es así) y que somos, a pesar de nuestra fachada de mayorzotes y machotes, una panda de preocupones de mucho cuidado que lo único que buscamos es que estéis bien (sanos y a salvo). También es una sensación, creo, general el querer servir de «modelo» a esas criaturitas que son los hermanos pequeños y querer ser un buen ejemplo de casi todo normalmente porque sabemos que, aunque no queráis reconocerlo, nos tenéis como referentes. No en todo, como es obvio, pero sí en muchos aspectos de la vida cotidiana y sabed aquí y ahora que eso nos hace estar muy orgullosotes y querer ser mejores, fraternalmente hablando. No lo sabemos todo (aunque nos las vayamos dando muy a menudo de eso) y, en muchas ocasiones, sois vosotros los que nos ponéis delante de los ojos cosas que nosotros no habíamos descubierto. Somos educadores encubiertos a la sombra de nuestros progenitores que aprendemos en silencio y os vemos crecer, cambiar y haceros grandes y aunque dé nostalgia acordarse de cuando erais enanos y llevabais chupete e ibais en el carro (y nosotros a pata, ¡morrudos!) es lo que hay y debemos aprender a trataros como corresponde y, sobre todo, como mereceis.

Después de esta disertación filosófica sobre las relaciones hermaniles, quiero dedicar esta entradita a mi hermanita (¡hola, Ñoquito!), a la que quiero con locura, porque fue ella la que me descubrió al chavalín pelirrojo (sí, es zanahorio aunque en la foto no se pueda apreciar) que anda con la cabeza ladeada aquí encima. Si no recuerdo mal fue una amiga de mi sis la que le descubrió a Ed así que... ¡gracias a ti también, amiga anónima! En cualquier caso, hay unas cuantas anécdotas que contar sobre el memorable día en el que Ed Sheeran pasó a formar parte de mi vida musical. Me parece que fue en el Tuenti este donde vi el vídeo de 'The A Team' (el que está subtitulado en español que es, por cierto, el que andan poniendo en KissTV). En primer lugar, he de decir que fue amor a primera escucha o a primer acorde, como se prefiera; en segundo lugar, casi me caigo de la silla al creer que la chavalita que protagoniza el vídeo era Kaya Scodelario (Effy para los entendidos) aunque resultó no serlo; en tercer lugar, me pareció que las letras estaban muy bien acopladas al vídeo (la traducción es otro asunto). Como suele ocurrir, después de escuchar una canción que te ha entusiasmado buscas otras canciones del mismo grupo/cantante para ver si ha sido cuestión de suerte o si es que es cierto que te has enamorado.

En aquel momento aún no le había visto la cara a Ed porque en el vídeo sólo sale la sosia de Kaya, ¿vale? Total que me voy a YouTube y pongo Ed Sheeran y me sale el vídeo de 'Lego House'. Pincho y cuál fue mi cara al ver que el del vídeo era Ron Weasley no lo sé porque no me la vi pero puedo decir que ojiplática y boquiabierta me quedé seguro. He de confesar que yo suelo referirme a los actores por los nombres de sus personajes más célebres o las películas en las que salen con lo que, por lo que a mí respectaba, Ron podía llamarse Ed Sheeran y no Rupert Grint perfectamente. De hecho, a punto estuve de ponerle un comentario a mi hermana diciendo algo así como que Ron Weasley se había hecho cantante y que qué tipo de broma era aquello. Luego vi que al final del vídeo salía un chiquillo pelirrojo que se parecía mucho a Ron y pensé que quizá había hecho presuposiciones precipitadas (y estaba en lo cierto). Como último dato curioso podemos mencionar que mi amiga San se llevó de regalo de Navicumpleaños este disco tan hermoso (gracias a lo cual se ha convertido en otra fanática del narajito de Halifax), cuya edición lujosa tengo hoy en mi poder gracias a la mejor regaladora de regalos del universo entero y verdadero (tú sabes quién eres). El disco en cuestión se llama + y aunque la primera vez que lo escuché, he decir públicamente, lo quité porque me pareció otro discopop más del montón, una segunda escucha (y una tercera y una cuarta y una quinta) me permitieron descubrir lo equivocada que estaba. Es cierto que hay bastante diferencias entre las canciones acústicas o semi y las canciones más marchosillas (en las que el tipo es capaz de cantar a una velocidad del demoño) pero, aunque unas te gusten más que otras, son todas bastante buenas (aunque yo me quedo con las acústicas, claro). Yo soy una persona para la que la voz es algo casi, casi imprescindible en esto de la música. Bien, sé que hay cantantes de muchos grupos de los que escucho que en directo dan un poco de penita pero... El caso es que Ed tiene una voz preciosa que hace juego con la moninez de sus canciones. Muchos podréis pensar que un disquete de 16 canciones puede hacerse muy pesado pero lejos de la realidad se queda esta suposición en lo que a + respecta.

Podría ir canción a canción alabando todas y cada una de ellas pero ya que eso me llevaría un tiempo del que no dispongo a pesar de que las ganas me sobren lo que voy a hacer es poner aquí y ahora una relación de mis preferidas (con un criterio totalmente subjetivo y personal, téngase en cuenta), lo cual no implica que no me guste el disco entero porque me encanta y mucho. Bueno, en primer lugar tenemos 'The A Team', que abre el disco y es una maravilla en sí misma (y a la que tengo cariño especial por ser la primera que escuché de él y porque soy capaz de tocarla mal y soltar gallitos al cantarla). Otra canción que me enamora es 'Wake Me Up' que me parece preciosísima y tiene una letra muy tierna (y me hace mucha gracia lo del BlueRay, por cierto) y luego tenemos el 'Small Bump', con la que no puedo evitar llorar cada vez que la escucho. 'Lego House' tiene un hueco muy especial en mi corazón asimismo, por ser la segunda que descubrí, por tener Lego en el título y por toda esa serie de inferencias sentimentaloides que me trae a la cabeza. El 'You Need Me, I Don't Need You' es el más claro ejemplo de canción movidita del disco y además de ser marchosa es una crítica un tanto voraz a la industria y eso nunca viene mal. Nos acercamos a mi momento preferido del disco cuando, tras acabar el impresionante 'Give Me Love' suena la versión del 'The Parting Glass'. Sepan ustedes que hay un tipo de música que siempre, siempre consigue tocarme la patata y hacer que se me salen las mejillas y esta es la música celta. ¿Por qué? No estoy segura; supongo que mis raíces gallegas, mi experiencia irlandesa y el amor loco de mi madre por Escocia tienen algo que ver. Sea como fuere, de corazón pienso que merece la pena escuchar esta canción escondida porque pone los pelos de punta, palabrita. Por último pero no por ello menos importante podemos hablar de 'Autumn Leaves'. Después de haber escuchado el disco muchas, muchas veces, en uno de esos momentos en los que prestas más atención a lo que oyes (saliendo de Zarauz, por cierto), me encontré escuchando los acordes de estas hojas de otoño y pensando que había descubierto otra de mis prefes (la cual también puedo intentar tocar mal y cantar seguramente peor).

Volvemos a lo mismo, sí: para gustos los colores. No se puede forzar a nadie a que le guste algo que ni le va ni le viene o que le deje de gustar algo que a ti te horripila (y no deberíamos tampoco, ¿eh?) pero bueno, yo en mis trece invito a todos los terrícolas que por aquí se pasen y paseen (y que hayan tenido las narices de seguir leyendo hasta aquí abajito) que le echen una o dos orejas al trabajo de Ed. Depende de qué te guste y de qué no, te desagradará más o menos pero creo que es un disco fácil de escuchar, amable y que, como poco, supone una muy buena música de fondo para una velada romántica, una reunión informal de amigos y cualquier otra situación absurda que se os pueda ocurrir. Hasta la próxima, pequeños padawanes musicales y que los auriculares os acompañen.

2.5.12

Say Anything


Se dan momentos en la vida en los que uno se pone a pensar sobre primeras veces y no es capaz de recordar, por mucho que lo intente, dónde vio esa cara, cuámdo escuchó esa canción, cuándo leyó aquel libro, dónde probó el pescado crudo por vez primera... pero, de vez en cuando, parece que fuera ayer cuando todo aquello ocurrió. Hace unos cuantos años (entre tres y cuatro), cotilleando el Tuenti de un chaval muy majete con el que iba a clase de guitarra (y de cuyo gusto musical me fiaba bastante), vi que tenía en el tablón un vídeo de una canción llamada 'Alive with the Glory of Love'. Bien, a estas alturas, yo estoy convencidísima de que ya conocía a Say Anything pero no había pasado del Say Anything (disquete que aquí nos ocupa y que ha pasado a formar parte de mi estimada y física colección musical gracias a Lorenuda) pues... ¿podía haber un disco mejor que aquel? Con el tiempo he descubierto que ...Is A Real Boy (junto con su hijito ...Was A Real Boy) no tienen nada que envidiarle a la pequeña gran obra maestra que es Say Anything.

Pocos grupos (oh, muy pocos) han influenciado tantísimo mi vida como el de Max Bemis y sus colegas; pocos discos hay de los que me sepa las letras de todas las canciones (bueno, a veces me bailan frases pero sí) y de pocos (o no tan pocos) opino que sean excelentes de cabo a rabo, de principio a fin o como quieran decir. Todas y cada una de las canciones que componen Say Anything son un regalo para los oídos (sí, gritan en alguna que otra pero es soportable), un artefacto de originalidad y de letras bien curradas para las que no tengo palabras (pero sí humildes intentos de traducción). 13 canciones ('Fed to Death', 'Hate Everyone', 'Do Better', 'Less Cute', 'Eloise', 'Mara and Me', 'Crush'd', 'She Won't Follow You', 'Cemetery', 'Property', 'Death for My Birthday', 'Young, Dumb and Stung' y 'Ahhh... Men') que sirven como muestra, reflejo y definición de lo que la música (sin etiquetas) es. Sé que para gustos están los colores, las comidas y las bebidas (entre alguna que otra apetencia) pero creo en el fondo de mi corazón que es un disco grandioso y que todos aquellos que no lo hayan degustado aún son unos privilegiados descuidados. Lo que daría yo por descubrir ahora mismo un grupo como Say Anything... Me conformo con formar parte de la gran familia de seguidores y fanáticos que seguimos dejando que ellos y su música iluminen nuestras vidas y le pongan ritmo al día a día que, muchas veces, sería harto complicado sacar adelante sin un 'There are babies with guns beheading their friends in shopping malls around the world*' o un '(Meet me in the back room) I'll tell you everything, you everything, woah!**' o un poco de 'I have a total crush on you, baby, and I can't let it go***' con una pizca de 'I guess that everyone includes me, and that's why I'm a humanist****'.

Say Anything (y su Say Anything [¡qué mareo!]) suponen una de las piezas más importantes de mi pirámide musicamentaloide y creo que se lo merecen, que se lo han ganado por un trabajo impecable a lo largo de los años y por mantenerse fieles a lo que creen; por no hacer música para los demás sino para ellos mismo y por componer uno de los grupos más auténticos que he tenido el placer de descubrir. Ahora bien, como todo en esta vida, les pongo una pequeña, diminuta e insignificante pega: no han venido a España (ni tiene pinta, por desgracia, de que vayan a). Yo entiendo que Los Angeles y Madrid están algo lejos pero aquí estamos, esperandoos pacientemente (oh, muy pacientemente) y aunque no os dejéis caer por esta tierra de conejos este año, acercaos un poquito (Francia o Italia) y allá que iremos como una bandada de pequeños y gamberros estorninos a disfrutar de vuestra música, de vuestro directo, a pasarlo pecho y a salarnos las mejillas cuando los acordes de todas esas canciones que nos han visto crecer resuenen y retumben en nuestros oídos, celebros y patatas. En verdad os digo que creo que no os arrepentiríais si le echaseis una oreja al talento de Max Bemis (que, para más amor, es un loco de los cómics y un marido adorable y una monez de persona) y su banda y, ya sabéis, cualquier lindez o improperio, aquí andaré, bailando al son de 'Overbiter'.

*«Hay bebés con armas decapitando a sus amigos en centros comerciales por todo el mundo».
**«(Encuéntrate conmigo en la parte trasera del local) Te lo diré todo, todo, ¡woah!».
***«Estoy totalmente coladito por tus huesos, nena, y no puedo evitar lo que siento».
***«Supongo que "todo el mundo" me incluye y por eso soy humanista».

Ps. Siguen quedando entradas para el Slam Dunk Festival...

Sunshine


'Poison & Wine' by The Civil Wars